Seguro que ya has oído hablar del término “muro cortina”, y también es seguro que lo has visto en más de una ocasión y quizás no te hayas dado cuenta. Te explicamos qué es y por qué se está convirtiendo en el tipo de recubrimiento de fachada más usado en espacios comerciales y edificios de gran envergadura.
El término “muro cortina” es utilizado para describir las fachadas de los edificios que simplemente cargan sólo su propio peso a través de la estructura del edificio.
Se trata de un sistema de fachada autoportante, que suele ser acristalada y ensamblada con perfiles de aluminio. Es independiente de la estructura resistente del edificio y va construyéndose a la misma vez pero colocada como “primera capa”
No suele tener más de 10 centímetros de espesor, por eso, nos da un aspecto tan ligero y liviano, pero el muro cortina está diseñado para resistir las inclemencias del tiempo (viento, lluvia, sol…) así como resistir su propio peso y transmitirselo a los forjados.
El muro cortina se compone de:
- Columnas y Travesaños
- Paños vidriados u opacos
- Anclajes, Sello Estructural, Presillas
- Sello, Goma Hermética o más conocido como “Burlete”
- Elementos que permiten una correcta ventilación del espacio interior.
Los muros cortina suelen estar diseñados de forma que se repite un mismo elemento arquitectónico que se fabrica previamente y que se ensambla a la vez que se va construyendo la fachada del edificio.
En Galisur somos expertos en la fabricación de muros cortina de la mejor calidad, puesto que usamos aluminio extruído y certificado.
En nuestra fábrica diseñamos los perfiles, adaptándolos a las características de cada edificio y consiguiendo un resultado perfecto.
Normalmente, los muros cortina están cubiertos por cristaleras de vidrio, que permiten pasar la luz hacia las habitaciones del edificio así como conseguir un bonito efecto estético desde el exterior. Además, se incluyen ventanas para la ventilación de cada habitación exterior. Estas ventanas pueden ser proyectables o paralelas, deslizándose o bien hacia el interior o hacia el exterior del edificio.
Los muros cortina deben ser lo suficientemente resistentes y rígidos como para soportar las fuerzas horizontales a las que está sometido, además de ser flexible para permitir las dilataciones y contracciones debidas a las expansiones térmicas de los materiales. De un tiempo a esta parte se están utilizando cerramientos más completos para garantizar el suficiente aislamiento térmico y acústico, además de contar con cristales tintados para proteger de la incidencia de la luz del sol.